Una de las habilidades más deseadas por la mayoría de personas es logar tomar decisiones de gran calidad en momentos bastante confusos o de máxima presión. Nadie tiene la receta mágica y es muy difícil medir cuándo una decisión fue bien tomada y cuándo no. En este blog hablamos de tenis, pero creo que este artículo le puede servir a cualquier deportista o cualquier persona que quiera mejorar sus decisiones diarias y que el margen de error sea cada vez menor. Hablaremos de cómo hacerlo bien cuando tenemos mucha presión en nuestro contra y cuando no sentimos seguridad en lo que hacemos. La información es presentada gracias a mi experiencia personal y lo que explico es cómo yo creo que se debe tomar este asunto.
En primer lugar, me gustaría aclarar que no todas las decisiones son iguales y que principalmente hay dos tipos de decisiones. Las decisiones que pensamos y analizamos antes de ejecutarlas y las decisiones que tenemos que tomar en una fracción de segundo. En el deporte generalmente nos interesa tomar mejores decisiones del segundo tipo, ser capaz de reaccionar rápido y bien ante cualquier oportunidad o problema. Pero hoy hablaremos de los dos tipos.
Este tipo de decisiones es muy distinto a una situación de juego de un deporte, son decisiones generalmente importantes (o no) y las que requiere que pensemos fríamente en ellas. Pueden ser un cambio de trabajo, un viaje largo, una mudanza o un divorcio, entre otras muchas. Aquí mi recomendación es que piensen lo más racionalmente que puedan y dejen las emociones a un lado. Deben evaluar todos los factores positivos y negativos de cada opción, pero desapegándote de tus sentimientos. Voy a señalar dos estrategias muy útiles para este tipo de decisiones.
Vista "desde lejos"
Esta estrategia implica que veas tu vida como si fueras otra persona o como si estuvieras observándote desde arriba. Cuando haces esto, tus problemas pasan a ser más pequeños y tus emociones interfieren menos en tu decisión. A este punto, ya puedes pensar un poco más claramente si las opciones que tienes son en realidad tan difícil de decidir. ¿Qué le recomendarías a otra persona si estuviera en tu lugar?
2. Pensar en futuro
Acá lo que tienes que realizar es imaginar que pasaron muchos años después de la decisión que tomaste, esa decisión quedo en el pasado y apenas te acuerdas de ella (o quizás fue muy importante para ti, evalúa esto también). ¿De qué te arrepentirías más en el futuro? ¿Qué opción piensas más acertada? Cuando lo piensas así, se ven las cosas mucho más simples y ya no parece que sea tan complicado elegir. Sin embargo, no siempre pasa esto y, en muchos casos, se sigue viendo confuso, es aquí cuando tienes que entender que no siempre hay una opción posible y que quizás con cualquiera de las dos alternativas vivirías sin problemas y sin arrepentimientos.
También es importante aclarar que, como en todo, no hay un parámetro perfecto que te diga lo que tienes que hacer. Solo tú puedes saber qué es lo que te conviene. Pero una vez que tomas la decisión, asegúrate de que fuiste tú quien la tomó y hazte responsable de ello. Con la decisión tomada, ya no sigas pensando qué hubiera pasado si hubieras hecho otra cosa porque eso solo te jugará en contra.
Esta es la que más nos interesa a nosotros y de la que más profundizamos en este artículo. Este tipo de decisiones las tomamos cuando no tenemos tiempo de decidir y es exactamente lo contrario a lo que antes mencionamos. En el deporte, jugando, casi todas las decisiones que tenemos que tomar, lo tenemos que hacer sin prácticamente ni 2 segundos de tiempo para pensar. Es evidente que nuestra respuesta tiene que ser automática y no pensada. Nuestro cerebro tiene una parte racional que es muy lenta, pero lo compensa con su enorme capacidad para procesar muchas cosas al mismo tiempo, lo que muchos llaman mente inconsciente. Resulta claro que para tomar buenas decisiones y que sean rápidas nuestra mente inconsciente tiene que funcionar a la perfección, porque es con ella con la que tendremos los mejores resultados. Esto es lo más importante a tener en cuenta porque no se puede querer resolver cada situación de juego pensando en cómo deberías hacerlo. Este es el gran problema de los jugadores amateurs, que todavía no repitieron suficientes veces la técnica y, por lo tanto, no la tienen automatizada. Esto genera que, en el transcurso del juego, el jugador, esté usando su mente racional (y lenta) y no pueda prestar la atención necesaria a la decisión del momento. Para que esto no ocurra, considero necesario que el entrenamiento debe estar orientado a mejorar nuestra mente inconsciente. Paso a comentar cómo trabajar esta parte de tu cerebro.
Tomando decisiones
Ya se, parece un engaño, parece obvio, la mejor manera de mejorar nuestra toma de decisiones es tomando decisiones. El problema es que la mayoría de la gente no lo hace. Se centran en su técnica y en cómo realizar cada tiro. En cambio, si simplemente se dedicaran a jugar y a tratar de mejorar un poco cada día, mejorarían mucho más rápido. Después de muchas repeticiones, el cerebro, comienza a realizar ciertas acciones de manera automática, para poner su atención en el siguiente movimiento y, conforme el siguiente movimiento vaya saliendo, también lo automatizará. Por lo tanto, un jugador profesional no es que sea más inteligente, sino que literalmente su cerebro es distinto, cambió. Él ve tenis en dónde tú ves una serie de movimientos a ejecutar. Para él, pegar una derecha es como leer, se hace sin pensar. Y a la hora de jugar, la mayoría de sus decisiones también son automáticas, pero como siempre siguen perfeccionándose, encuentran cada vez una decisión mejor y la automatizan nuevamente. Lamento decepcionarte, la mejor manera de mejorar de verdad es jugando y exigiéndote mejorar siempre un poco, de esta manera lograrás que tu juego esté consolidado y seas un jugador mejor. Si alguien te dice que puedes mejorar en algo (cualquiera sea ese algo) rápidamente, seguramente, no evolucionarás y la mejora que tengas será superficial, solo momentánea.
Nuevamente, no hay secretos, pero te voy a decir algo que quizás te sirva. Mientras mejores habilidades tengas, mientras más hayas entrenado, mientras mejor adaptado estés a tu juego, más confianza tendrás en la decisión que tomes y menos errores cometerás, incluso bajo presión. Cuando estés nervioso, te calmará un poco saber que lo que haces es lo correcto y que lo has hecho miles de veces. Te aseguro que mientras menos entrenes, más miedo sentirás. Si hay que pilotar un avión, algo que a la mayoría le causaría muchísima presión, ¿quién crees que tendrá más miedo, un piloto con muchos años de experiencia o cualquier persona que jamás lo haya hecho? Contestando la pregunta comprobaríamos que el piloto puede sentir presión, pero seguramente mucha menos que cualquier otra persona. "La práctica hace al maestro" y esta no es la excepción. Con esto dicho, finaliza el artículo de hoy, espero que te haya servido este artículo y te leo en los comentarios ;)
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