Si alguna vez te dejaste ir por la ira, o, todo lo contrario, te desmotivaste y comenzaste a desconcentrarte. Si tuviste miedo o ansiedad para cerrar un partido. En definitiva, si haz sufrido una emoción que en lugar de ayudarte te perjudicó, este artículo es para tí. Hablaremos de cómo manejar nuestras emociones de la manera correcta y dejar de sufrir sus feas consecuencias. En este artículo, ya hablamos de las emociones pero detallaré aún más conceptos que te pueden servir para seguir trabajando y mejorando.

“La más grande de las felicidades consiste en transformar nuestros sentimientos en acciones”

Madame da stael

Entender el origen de la emoción

Lo principal es entender para qué sirve la emoción. Cuando evolucionamos, las emociones servían para actuar mejor en nuestro dia a dia. Si veías un oso, sentías miedo y te generaba esa sensación de lucha o huida. Luego, sentías ansiedad de no volver a acercarte a esa zona porque podía llegar a estar el oso.

Además, no sentías motivación por nada que no fuera estrictamente necesario, si ya tenías comida, no gastabas energía en seguir cazando. La energía era cara y escasa, había que cuidarla.

Todos los que desarrollaron estas emociones son los que sobrevivieron y, por lo tanto, de los que descendemos hoy. Por lo tanto, las emociones están hechas por tu bien, solo que debes entender lo que busca cada emoción.

Ahora no son útiles

Está claro que en el entorno actual, hablar en público o jugar un partido de tenis no va a hacer que te maten y, sin embargo, tu cuerpo sigue reaccionando como si eso fuera a pasar. Es por eso que debes entender tu emoción y saber que la intención de tu cuerpo es ayudarte. Una vez que sabes qué es lo que tu cuerpo quiere evitar, podrás tomar acciones para evitarlo o, al menos, sabrás que no es tan grave.

Emociones y acción

Algo de lo que se habla mucho hoy en día son de las terapias cognitivo-conductuales. A muy grandes rasgos, se refieren a que tus pensamientos interfieren en tus emociones y estas, a su vez en tus acciones. Pero también pasa al revés, tus acciones interfieren en tus emociones y pensamientos. Por ende, una buena manera de controlar (nunca hablo de suprimirlas porque eso sería imposible) tus emociones es pensando distinto y actuando distinto. Cuando sientes miedo, si actúas igual aunque tengas miedo, tu cuerpo se familiariza con la situación y entenderá que no es tan grave.

Pensamientos

Lo mismo con los pensamientos, no se trata de pensar siempre positivo, sino de buscar pensamientos y perspectivas que te sirvan en cada momento. Si erras una pelota fácil y te tratas mal a ti mismo pensando que siempre haces lo mismo y que perderás, muy probablemente te sientas abatido, con ira y frustracIón. Difícilmente puedas salir de ese estado de manera rápida. Pero si después de errar esa pelota sabes que es solo un error más y que la próxima estarás más atento para no fallarla, te aseguro que tu estado de ánimo será distinto y tus acciones futuras también.

¿Cómo actuar cuando no nos gusta la emoción?

Después de toda esta explicación ya te habrás dado una idea de cómo ir tratando a tus emociones pero, como acostumbro en este blog, voy a tratar de simplificártelo aún más y que te queden las ideas bien claras, porque ya sabemos que si algo es demasiado complejo, muy probablemente no te sirva demasiado. En tu cabeza te tiene que quedar claro de que puedes actuar incluso sintiéndote mal. Tu concentración (ya haré un artículo específico de eso) debe estar en tus acciones, en la táctica que estás empleando contra tu rival y en cómo mejorar para el siguiente punto. Cualquier otro pensamiento te distraerá del juego y te hará sentir emociones feas.

Confianza

Por supuesto que, quieras o no, las emociones vendrán y es ahí cuando tienes que tener plena confianza en lo que sabes hacer. La confianza, como ya lo hable en un artículo pasado, no se trata en creer que ganarás de todos modos, se trata de confiar absolutamente en tus habilidades sabiendo que tu patrón de juego está muy trabajado y que si ejecutas tu táctica bien, tendrás muchas posibilidades de ganar el partido.

Respiración

Saber manejar tu propia respiración de acuerdo a como te sientas es una habilidad que debes desarrollar. Cuando estés demasiado relajado, quizás por estar jugando contra un rival más débil, debes aumentar la frecuencia con la que respiras para estar en ese estado de activación que necesitas para competir. Si estás demasiado ansioso o nervioso por algún momento del partido, te hará muy bien que respires más calmo y lento para recuperar un poco de relajación. Obviamente que debes conocerte a ti mismo y saber cuál es tu estado óptimo de activación, ese estado en el que rindes al máximo de tus capacidades.

Saber qué controlas y qué no.

Por supuesto que saber lo que puedes controlar es un pilar en el manejo de tu mente y tus emociones. Centrarte en cosas que solo dependen de ti te dará la tranquilidad que necesitas pero al mismo tiempo la firmeza que hace falta para actuar. Dejarás de quejarte por situaciones externas y comenzarás a hacerte responsable de tus acciones. Saldrás del estado de víctima y podrás poner foco en lo realmente importante.

Conclusiones

Trabajar tu mente es un trabajo que lleva mucho tiempo pero que debes practicar todos los días incluso cuando no estés jugando al tenis.seguir estos consejos te hará controlar mejor las emociones que no te gustan y dirigirlas hacia donde realmente quieres ir. Espero que te haya servido este artículo y me encantaría que me dejes un comentario contándome qué te parecieron estos consejos. Hasta la próxima!